La Comisión Europea ha presentado un informe que analiza las perspectivas a corto plazo para el sector agrario en 2024, mostrando un panorama mixto. Mientras algunos mercados registran signos de estabilización, las condiciones climáticas extremas y las tensiones geopolíticas, como la guerra en Ucrania, continúan afectando la producción y el comercio.
La producción de cereales de la UE alcanzará su nivel más bajo en una década, con 260,9 millones de toneladas, un 7% por debajo del promedio de cinco años. Este descenso se debe a condiciones climáticas adversas y una reducción del área cultivada. En contraste, el sector del azúcar experimenta un crecimiento, con una producción estimada de 16,6 millones de toneladas, gracias al aumento del área de remolacha azucarera incentivado por precios récord en 2023.
El sector lácteo europeo muestra estabilidad, con una leve mejora en la producción de leche (+0,5%) impulsada por rendimientos más altos, a pesar de la disminución del rebaño lechero. Sin embargo, las exportaciones de productos como leche en polvo han disminuido por la caída de la demanda en mercados clave como China.
En cultivos especializados, la producción de aceite de oliva se recupera tras dos años de mínimos históricos, mientras que el sector vitivinícola enfrenta una leve contracción (-1%) debido a una menor producción en Francia e Italia.
España: una recuperación desigual
En el contexto español, el informe destaca una recuperación notable en la producción de aceite de oliva, que alcanzará 1,3 millones de toneladas, un aumento del 50% respecto al año anterior, gracias a mejores condiciones climáticas. Este volumen representa el 65% de la producción europea. La estabilización de los precios permitirá un aumento del consumo interno (+7%) y un incremento en las exportaciones (+10%).
El sector del vino también muestra signos de mejora, con una producción que se prevé en línea con el promedio de cinco años. Castilla-La Mancha lidera la recuperación tras las pérdidas sufridas en 2023 debido a la sequía, aunque otras regiones, como Castilla y León y Murcia, todavía enfrentan desafíos por eventos climáticos extremos.
Por otro lado, el panorama es menos alentador en los cereales. España se ha visto afectada por sequías persistentes, lo que ha limitado el rendimiento de cultivos clave como el trigo y el maíz. Esto ha reducido las necesidades de importación respecto a campañas anteriores, pero plantea problemas de rentabilidad para los agricultores.
En ganadería, España mantiene su liderazgo como mayor productor de carne de cerdo en la UE, aunque enfrenta retos derivados de altos costos de alimentación y regulaciones ambientales más estrictas. La producción lechera, por su parte, muestra estabilidad, con una ligera mejora en las entregas gracias a condiciones favorables de pastoreo en algunas regiones.
Retos y oportunidades hacia 2025
A nivel europeo y español, el informe señala que el cambio climático sigue siendo un factor disruptivo clave, con eventos extremos que afectan tanto los rendimientos como la calidad de los productos agrícolas. Además, la incertidumbre económica y geopolítica plantea desafíos adicionales en los mercados internacionales y los costos de insumos.
España, como el resto de la UE, deberá centrar sus esfuerzos en la sostenibilidad y la resiliencia del sector agrario, apostando por la innovación y el fortalecimiento de la posición de los productores en la cadena de valor. La PAC, junto con iniciativas como la reserva de crisis y la Estrategia Europea de Proteínas, jugarán un papel fundamental para afrontar estos retos.
El informe refleja un sector en plena transformación, donde los desafíos son innegables, pero también hay oportunidades para avanzar hacia un modelo más sostenible y competitivo. Para España, la clave estará en consolidar los avances en sectores como el aceite de oliva y el vino, al tiempo que se enfrentan las dificultades estructurales en cereales y ganadería.